La industria química utiliza ampliamente la aleación de titanio-iridio para fabricar ánodos de electrólisis. Su recubrimiento de iridio presenta índices de corrosión extremadamente bajos (inferiores a 0,003 mm/año) en entornos de ácido clorhídrico y cloro a 80 °C, superando así el rendimiento de los electrodos de titanio tradicionales. En la industria aeroespacial, los componentes de titanio-iridio soportan condiciones extremas: los revestimientos de las toberas de los motores de cohetes resisten la erosión por gas a alta temperatura de 1800 °C, mientras que la adición de un 15 % de renio multiplica por 4,7 la resistencia a la fluencia del titanio puro, lo que garantiza la estabilidad en las cámaras de combustión de oxígeno líquido/queroseno. Para aplicaciones energéticas, los electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) utilizan placas bipolares de titanio-iridio. Su capa catalítica nanoestructurada reduce el sobrepotencial de desprendimiento de oxígeno a 280 mV, lo que aumenta la eficiencia de la producción de hidrógeno en un 22 %.
Dongsheng lleva más de diez años dedicado al reciclaje de metales preciosos y posee un amplio conocimiento de las aleaciones de metales preciosos.
El sector ortopédico utiliza la impresión 3D para personalizar implantes de titanio-iridio. Xi'an Sailong (China) emplea la fusión por haz de electrones para crear jaulas de fusión espinal con una porosidad del 75 %, lo que acelera el crecimiento de las células óseas en un 40 % en comparación con el titanio tradicional, a la vez que reduce las tasas de infección posoperatoria al 0,8 %. En dispositivos neurointervencionistas, los microelectrodos de titanio-iridio aprovechan la conductividad y la biocompatibilidad del titanio para captar señales eléctricas cerebrales profundas en pacientes con párkinson con una precisión de 0,1 mV. En el caso de los stents cardiovasculares, los stents recubiertos de titanio-iridio utilizan recocido gradual para controlar la fuerza de soporte radial a 150-220 kPa, lo que previene el daño vascular y suprime el crecimiento excesivo de tejido, reduciendo las tasas de reestenosis por debajo del 5 %.
Baoji Titanium-Zirconium Metal Technology aplica procesos de fusión por arco al vacío y laminado en caliente para controlar la segregación de iridio por debajo del 0,5 %, lo que aumenta el rendimiento de las placas al 92 %. Para una economía circular, DONGSHENG ha establecido un sistema de reciclaje de circuito cerrado para la chatarra de titanio-iridio. Su proceso de lixiviación con ácido clorhídrico y clorato de sodio logra una recuperación de iridio del 99,2 %, y se proyecta que los materiales reciclados alcancen el 30 % para 2025. La producción global aumenta gracias al lanzamiento por parte de Heeger Materials de una nueva línea de aleación de titanio-iridio de 50 toneladas/año para satisfacer la demanda de álabes de motores de aeronaves. Obtenga más información sobre las aleaciones de iridio en nuestra página de Soluciones para la Construcción Naval.