El valor del reciclaje de chatarra dental supera con creces la percepción general de los dentistas clínicos. En el mercado internacional de metales preciosos de 2025, el precio del oro para el reciclaje de metal dental se mantiene estable en 68 dólares por gramo. Una corona dental estándar de aleación de oro contiene un promedio de 3 gramos de oro y, tras deducir un coste de refinación del 15 %, sigue generando una ganancia neta de 170 dólares. El platino, utilizado en coronas de porcelana fundida sobre metal debido a su resistencia a altas temperaturas, tiene un precio de reciclaje de 45 dólares por gramo. Las restauraciones de alta gama contienen más de 0,5 gramos de platino por pieza, lo que supone un valor implícito de más de 22 dólares. Los empastes a base de mercurio, aunque contienen mercurio tóxico, tienen un componente de plata del 50 %. Cada empaste contiene entre 1 y 2 gramos de plata y, al procesarse a granel a un precio de 0,96 dólares por gramo, siguen generando ganancias. Recicladores profesionales en Norteamérica, como Garfield Refining, alcanzan una tasa de purificación superior al 95 % para mezclas de oro y platino. Tras la clasificación, las restauraciones desechadas mensualmente en las clínicas suelen generar un flujo de caja de reciclaje de entre 500 y 2000 dólares. Estos ingresos por el reciclaje de chatarra dental pueden compensar directamente los gastos de consumibles de la clínica.
El reciclaje de chatarra dental se centra en dos categorías: metales preciosos y aleaciones funcionales específicas. Los metales preciosos se centran en el oro y el platino: las aleaciones de oro (pureza del 40 % al 92 %) se recuperan de coronas e incrustaciones, y su ductilidad las hace adecuadas para estructuras dentales complejas; las aleaciones reforzadas con platino mejoran la dureza y se utilizan comúnmente en bases de porcelana y crisoles de laboratorio. El paladio sirve como alternativa al platino en aleaciones de metales semipreciosos de oro y paladio, equilibrando el control de costos con la estabilidad del color. Entre los metales no preciosos, la amalgama (50 % de plata + mercurio + cobre-estaño) sigue siendo el principal material de obturación tradicional, pero requiere un transporte sellado para evitar fugas; los metales base de níquel-cromo o cobalto-cromo se utilizan para estructuras de prótesis dentales, con bajo valor de reciclaje y la necesidad de abordar los riesgos de alergia al níquel. El reciclaje de metales dentales requiere una estricta separación de los materiales que contienen mercurio: Europa y EE. UU. exigen el uso de separadores de aleaciones de mercurio para evitar que entre el 30 % y el 40 % del mercurio entre en los sistemas de aguas residuales. Las clínicas que no cumplan con las normas se enfrentan a multas ambientales de 10.000 dólares por cada infracción.
La clave del reciclaje de chatarra dental reside en la economía de circuito cerrado y la mitigación de riesgos de cumplimiento normativo. Desde el punto de vista económico, los metales preciosos representan más del 80 % del valor de la chatarra dental. Por ejemplo, los residuos de crisoles de platino pueden analizarse con fluorescencia de rayos X (XRF) para extraer trazas de platino, lo que genera un rendimiento de 4500 dólares por kilogramo de material refinado. En términos ambientales, los separadores de aleación de mercurio reducen las emisiones de mercurio de las clínicas dentales en un 95 %, evitando que el metilmercurio entre en la cadena alimentaria y represente riesgos para el sistema nervioso humano. Políticas internacionales como el Convenio de Minamata exigen la prohibición de la amalgama de mercurio para menores de 15 años y mujeres embarazadas. Senegal y Tailandia han implementado un proyecto de 130 000 dólares para promover alternativas sin mercurio, lo que obliga a las clínicas a establecer procesos de reciclaje. El reciclaje de metales dentales se ha convertido en un componente fundamental para el cumplimiento normativo de las operaciones clínicas.
El reciclaje eficiente de chatarra dental requiere la identificación precisa de los componentes de alto valor. Las coronas y los puentes son fuentes principales de oro, y las coronas molares contienen hasta 4 gramos de oro. Las coronas de porcelana fundida sobre metal cuentan con una capa de platino que refuerza la base metálica, y cada pieza contiene entre 0,2 y 0,8 gramos de platino. En los empastes, la amalgama ocupa las superficies oclusales de las muelas; sus componentes de plata son reciclables, pero requieren contenedores especiales para evitar fugas de mercurio. En los laboratorios, los crisoles de platino producen residuos que contienen platino debido a la corrosión a alta temperatura; acumular 50 gramos al mes puede generar un valor de 2250 dólares. Las estructuras metálicas de prótesis dentales extraídas (cobalto-cromo/níquel-cromo) tienen precios unitarios bajos, pero pesan más de 20 gramos por pieza, lo que hace que el envío a granel a las plantas de reciclaje siga siendo rentable. En la práctica, las clínicas dentales deberían estar equipadas con contenedores para el reciclaje de metales dentales: contenedores amarillos para sellar los desechos de aleaciones de mercurio y contenedores verdes para la recogida de restauraciones de metales preciosos.