La recuperación de metales preciosos es el proceso industrial de extracción y reutilización de metales valiosos —como oro, plata, platino y paladio— a partir de residuos que los contienen. Estas fuentes de residuos son diversas e incluyen dispositivos electrónicos desechados, catalizadores de escape de automóviles, restos de metales preciosos de la fabricación de joyería y subproductos de la producción industrial. El consumo de energía y los costos asociados a la recuperación de metales preciosos han disminuido significativamente. Por ejemplo, extraer una onza de oro cuesta entre 250 y 300 dólares, mientras que reciclarla requiere solo unos 100 dólares.
Este proceso no solo es económicamente ventajoso, sino también un componente vital de la economía circular. Al gestionar materiales valiosos mediante sistemas de ciclo cerrado, reduce la necesidad de nuevas extracciones mineras y disminuye el impacto ambiental.
La recuperación de metales preciosos representa un mercado masivo y en constante crecimiento. Se proyecta que para 2025, el mercado mundial de recuperación de metales preciosos alcance los 90.384 millones de dólares, expandiéndose a 138.164 millones de dólares para 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 6,25%. Esto convierte a la recuperación de metales preciosos en un sector indudablemente lucrativo.
La rentabilidad del sector es considerable. Por ejemplo, las empresas estadounidenses de procesamiento de residuos electrónicos pueden obtener beneficios anuales de entre 25 y 30 millones de dólares. Estos beneficios provienen de la extracción de metales de alto valor de residuos aparentemente sin valor. Un ejemplo típico: acumular una tonelada de teléfonos móviles desechados puede producir aproximadamente 100 gramos de oro.
La ventaja de la recuperación de metales preciosos radica en su capacidad para transformar la responsabilidad ambiental en un valor comercial tangible. Al emplear tecnologías avanzadas para extraer metales preciosos de los residuos, las empresas no solo obtienen beneficios económicos, sino que también ofrecen a sus clientes soluciones de reciclaje de recursos, creando así una situación beneficiosa para todos.
A nivel industrial, la tecnología y las aplicaciones para la recuperación de metales preciosos están muy desarrolladas. Líderes mundiales en el reciclaje de metales preciosos , como Umicore, DONGSHENG y Heraeus, dominan este sector.
Sus aplicaciones se centran principalmente en los siguientes sectores:
Industria automotriz: La recuperación de metales del grupo del platino, como el platino , el paladio y el rodio , a partir de convertidores catalíticos desechados representa una importante aplicación para la recuperación de metales preciosos. Estos metales son materiales esenciales para la fabricación de nuevos catalizadores, conformando un eficiente sistema de ciclo cerrado.
Industria electrónica: Los productos electrónicos son auténticas minas de metales preciosos. La recuperación de oro, plata, paladio y otros metales a partir de placas de circuitos impresos, conectores y chips desechados constituye una actividad fundamental en la recuperación de metales preciosos. Tan solo la industria de las placas de circuitos impresos (PCB) genera anualmente cientos de millones de metros cúbicos de residuos líquidos ácidos de grabado que contienen metales preciosos, lo que proporciona enormes cantidades de materia prima para su recuperación.
Industria de la joyería y su procesamiento: Los desechos, los líquidos residuales y los productos de baja calidad generados durante la fabricación de joyas y el procesamiento de metales preciosos se vuelven a refinar para obtener metales de alta pureza mediante la recuperación de metales preciosos, reingresando al ciclo de producción.
Desde el punto de vista tecnológico, la pirometalurgia y la hidrometalurgia son los dos procesos principales de recuperación de metales preciosos. Además, técnicas innovadoras como la biometalurgia —que utiliza bacterias para extraer metales de residuos difíciles de procesar— presentan un importante potencial de aplicación debido a su alta eficiencia y su respeto por el medio ambiente.
La producción industrial de titanio y sus aleaciones genera grandes volúmenes de chatarra, recortes y componentes desechados. El reciclaje de estos materiales de titanio posee un importante valor intrínseco. En ciertas aplicaciones de alta tecnología, los materiales de titanio pueden formar aleaciones o recubrimientos con otros metales preciosos, lo que hace que la recuperación de metales preciosos a partir de los residuos de titanio sea particularmente crucial.
El reto de recuperar metales preciosos de la chatarra de titanio reside en separar eficazmente la matriz de titanio de los metales preciosos de interés. En la práctica, se seleccionan diferentes métodos de procesamiento —como el pretratamiento mecánico, la fundición pirometalúrgica o la lixiviación hidrometalúrgica— en función de la composición y las propiedades del material de desecho.
Por ejemplo, en el caso de catalizadores de metales preciosos que contienen metales del grupo del platino, se puede emplear la lixiviación química con ácido clorhídrico y cloro gaseoso para disolver los metales preciosos. Las etapas posteriores de separación y purificación permiten obtener metales de alta pureza.
Esta separación y extracción precisa garantiza la máxima recuperación tanto del sustrato de reciclaje de chatarra de titanio como de los metales preciosos adheridos a él. Este enfoque mejora la viabilidad económica de todo el proceso y minimiza el desperdicio de recursos.